Todos lo hemos escuchado, ese sermón típico de los
adultos mayores quejándose de lo poderosa que es la tecnología actual, de lo
difícil que era en su época el realizar un trabajo o simplemente contactarse
con el primo "Carlitos" que vivía en algún monte muy retirado de la
ciudad. Acompañado siempre de una cariñosa pregunta "pues qué tanta !#@^+
haces con el celular, te vas a quedar ciego", que para el caso las
pantallas los smartphones actuales son menos dañinas para los ojos que los
primeros que se crearon.
Lo cierto es que la tecnología ha avanzado a
pasos agigantados en los últimos años, y año con año vemos cómo los
dispositivos que adquirimos el año pasado como "de último modelo" van
poco a poco quedando obsoletos, fomentamos el consumismo de tecnología en un
mundo que no procesa de manera adecuada los desechos tecnológicos, donde
tiramos los celulares a la basura cuando fallan y donde ni siquiera nos tomamos
la molestia de colocar las pilas usadas en su contenedor correspondiente.
Somos portadores de la enfermedad que nosotros mismos hemos
creado, y esto no es un hecho de los últimos años, ni siquiera de los últimos
siglos, el ser humano ha creado frenéticamente tecnología desde el momento en
que existe como tal, desde que nos parecíamos a los monos, y lo seguimos
haciendo, siempre buscamos mejorar lo ya existente, transformamos lo que hay a
nuestro alrededor para satisfacer nuestros más vanos caprichos, ¿Cuándo será
suficiente?.
Carl Sagan solía decir; “Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología en la que nadie sabe nada de estos temas. esto
constituye una fórmula segura para el desastre.” Y esto es algo de lo que
mas que sentirnos orgullosos deberíamos avergonzarnos, cómo es posible que
prefiramos ver nuestro celular que a la persona frente a nosotros o peor aun,
que utilicen la calculadora para ver cuanto es 15 por 2, considero que ya han
sido demasiadas las películas que se hicieron sobre un futuro en que la
tecnología se vuelve en nuestra contra, y con merecida razón lo haría, ya ni
nosotros mismos sabemos lo que tenemos, sólo nos importa el siguiente episodio
de Sherlock o los followers de nuestras cuentas, y todavía te sorprendes cuando
descubres que tu móvil puede encender tu TV…
Es por ello que me pregunto qué
tanto es suficiente para nosotros, que sin importar la época busquemos la innovación,
nos aseguramos del progreso de la tecnología aunque esto signifique la recesión
de la humanidad.
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